Un reciente artículo del British Medical Journal (BMJ) repasa el tratamiento de la Hipertensión Arterial Management of mild hypertension in adults”. A destacar el foco que pone el artículo en las modificaciones del estilo de vida que han demostrado reducir la presión arterial, y que son recomendables como parte del manejo de todos los pacientes con hipertensión arterial. Estas recomendaciones incluyen enfoques dietéticos para disminuir la tensión arterial (la dieta DASH), la reducción de la ingesta de sodio en la dieta, el ejercicio físico, la reducción de la ingesta de alcohol, y la pérdida de peso si sobrepeso. Para ello han publicado una infografía que resume que se puede conseguir con cada modificación del estilo de vida.

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La infografía ordena lo que se puede llegar a reducir la tensión arterial según el estilo de vida modificado. La mayor reducción de la tensión arterial se puede conseguir con la dieta DASH que es rica en potasio, magnesio y calcio obtenidos de frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa. A continuación el ejercicio físico, seguido de la reducción de la ingesta de sodio. También la moderación del consumo de alcohol si este está presente (por cierto que en ninguna parte leo que se recomiende el consumo de cerveza como hacen algunas sociedades científicas españolas y que ya comentamos en el blog).

Los autores nos dicen que desafortunadamente, la realidad es que muchos pacientes son incapaces de iniciar y sostener el cambio de comportamiento de su estilo de vida. Sin embargo afirman que, si se adoptan estas recomendaciones simultáneamente, puede ser suficiente para controlar la hipertensión leve.

En la revisión publicada han participado pacientes dentro de la tendencia actual de involucrarlos (ver La participación del paciente en su salud: APRENDIENDO CON LOS PACIENTES), a los que se les ha pedido su opinión sobre la modificación de estilos de vida. Todos enfatizaron su deseo de intentar modificaciones del estilo de vida para bajar la presión arterial. Los autores concluyen que el tratamiento de pacientes con hipertensión leve, sin enfermedad cardiovascular establecida, debe comenzar con las recomendaciones de estilo de vida. Para pacientes con riesgo cardiovascular bajo, puede ser razonable el retrasar el tratamiento con fármacos, especialmente si logramos reducir la tensión arterial modificando estilos de vida tales como pérdida de peso, ejercicio físico o cambios en la dieta.

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Paco Camarelles

Artículo publicado en en el Blog del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud.