La percepción del tiempo que nos queda
Parece que la vida es muy larga, cada día estamos metidos en nuestras rutinas respectivas, haciendo nuestras acciones casi sin pensar, nuestro trabajo y las preocupaciones que lo rodean, nuestro tiempo de ocio, quedando con nuestros amigos y amigas y emprendiendo nuestros viajes o excursiones cuando el calendario nos lo permite. Vamos pasando los días y las semanas y hacemos planes a varios meses vista, incluso tenemos una cierta idea de cómo será nuestra vida dentro de unos años, o de cómo queremos que sea. Creemos que tenemos mucho tiempo por delante, pensamos que la esperanza de vida está en constante aumento y que esto nunca terminará.
Sin embargo cuando intentamos ponerlo en una hoja en blanco para medir el espacio que tenemos por delante, nos podemos encontrar con alguna sorpresa. Por ejemplo, esta es la imagen de nuestro calendario vital medido en semanas si suponemos que vamos a vivir 90 años:
¿Qué te parece? Es bastante pero seguro que menos de lo que imaginabas. Mira este otro mapa cronológico con tu esperanza de vida, esta vez, está medida en años:
Estas imágenes, junto otras, forman parte del experimento que propone la página web Wait But Why que publica diagramas e ilustraciones que chocan con nuestra percepción para mostrarnos que todo depende de cómo lo miramos y acentuar nuestro sentido de la fragilidad, especialmente respecto al valor y al significado que le damos al tiempo. Por ejemplo, una persona que nazca ahora conocerá a 14 presidentes de los Estados Unidos de América, ¿con cuántos has coincidido ya?
En ese sentido también compartimos el artículo publicado por el médico de familia Francisco Camarelles en el blog de Grupo de educación sanitaria y promoción de la Salud del Programa PAPPS.
¿Sabes cuánto tiempo vas a vivir?
Saber cuándo te vas a morir podría ayudarnos a planificar nuestras vidas, pero este dato depende de a quien se lo preguntes. Es lo que escribe John Appleby recientemente en el BMJ Death clocks: How long have I got?.
Las estadísticas nos informan de la esperanza de vida que tenemos al nacer, que está aumentado en los últimos años en muchos países. El estudio publicado recientemente en The Lancet Future life expectancy in 35 industrialised countries: projections with a Bayesian model ensemble nos dice que probablemente la esperanza de vida de las mujeres coreanas romperá la barrera de los 90 años en 2030, situándose las españolas en un cuarto lugar con 88 años tras las mujeres de Francia y Japón. La buena noticia es que todos vivimos más tiempo. La mala noticia es que todos moriremos…. pero ¿cuándo? Nuestra herencia genética, el estilo de vida, la riqueza, el empleo y más cosas (desde la educación hasta las drogas recreativas y el cuidado de la salud), son causas potenciales de variaciones alrededor de la esperanza de vida promedio. Las tablas de esperanza de vida al nacer nos dan una perspectiva poblacional, si queremos tener una perspectiva individual tenemos que ajustarlas a las características y las circunstancias de cada persona.
El autor ha consultado distintos “Relojes de la muerte” on-line que tras pedirle sus datos le han hecho una predicción de cuándo va a morir, variando entre los 67 y los 89 años. Es curioso entrar en los enlaces en los que el autor ha consultado cuando va a morir, algunos solo preguntan la edad y sexo (y aun así varían en su predicción) mientras otros te preguntan muchas más cosas que se han relacionado con vivir más años como si estás casado o no, las horas que duermes, o si eres optimista, y así hasta 18 items el más extenso (MyLongevity). En la figura 1 se resumen los aspectos que contemplan los relojes de la muerte como datos personales (edad, sexo, IMC, historia genética, composición del hogar), estilos de vida (consumo de tabaco, alcohol, ejercicio, alimentación, si tienes coche propio y otros), ingresos (educación, salario, trabajo), aspectos médicos (salud mental, fármacos, Tensión Arterial, estado de salud, stress), y otros (país de residencia, eventos vitales adversos).
Las variaciones en las predicciones se podrían deber a las distintas tablas de esperanza de vida que utilizan los relojes, y a los modelos de predicción que utilizan, las variables consideradas y como se combinan para dar lugar a pronósticos individualizados. John Appleby afirma que, tal vez, la única conclusión segura es que los relojes de la muerte deben venir con una advertencia de salud: calcular su fecha de desaparición es algo serio y los resultados deben tomarse con muchas reservas.
Puedes hacer la búsqueda en español en Google con las palabras “test para saber cuánto tiempo vas a vivir”, y encontrarte con muchas opciones de calcular lo que te queda por vivir en español.
¿Coincides con las conclusiones de John Appleby?