En menos de 1 segundo tendrás una primera opinión acerca de otra persona. Sí, has leído bien, en menos de 1 segundo. En milésimas de segundo tu cerebro arcaico habrá determinado si es una persona confiable o dominante, si es un riesgo para tu supervivencia o por el contrario es alguien al lado de quien puedes estar.
Gracias a esa rápida evaluación podrás tomar la decisión de huir, atacar, someterte o “hacerte el muerto”.
La primera impresión no es más que una atribución rápida e inconsciente de rasgos de la personalidad basándose en pequeños elementos. En nuestro día a día todos realizamos este tipo de atribuciones. En breves segundos, incluso sin hablar con esa persona ya hemos elaborado una teoría sobre quién es y cuál es su personalidad.
Nuestro cerebro consigue hacer ese eficiente análisis basándose en la comparación de la información obtenida por nuestros sentidos con la información de nuestra programación heredada. Nuestro mapa mental se conforma a partir de la información de “supervivencia” contenida en nuestro ADN, así como el conjunto de creencias y valores que heredamos de nuestra familia y se ve modificada por la información resultante de nuestras experiencias vitales. Todo ello hace que ese análisis sea realizado en función de lo “ya conocido por nuestra especie, familia, nosotros”
El objetivo final de este análisis es garantizar nuestra supervivencia.
La información olfativa es la que llega al cerebro en primer lugar. Desde nuestras fosas nasales llega al bulbo olfatorio y desde ahí establece unión con el sistema límbico y el hipotálamo, que son regiones arcaicas responsables de las emociones, instintos y memoria. De ahí va la corteza cerebral donde se establecen las asociaciones de ideas y las respuestas complejas del pensamiento.
Por tanto tu olor (compuesto de feromonas que indican el estado fértil), péptidos inmunitarios (informan de los complejos de Histocompatibilidad inmunitaria, Manfred Milinski 1995, sustancias que informan del miedo…) modifica el estado de ánimo, la memoria, las emociones y el sistema endocrino e inmunitario tuyo y de quien lo huele.
La información visual llega después a nuestro cerebro. Desde el exterior la imagen es recogida por nuestros fotoreceptores retinianos y de ahí es conducida por los nervios ópticos pasando por varios puntos de entrecruzamiento hasta el lóbulo occipital donde se procesa ofreciéndonos nuestra propia experiencia visual de la realidad.
¿Qué ocurre cuando conoces a alguien por primera vez?. Podríamos decir que tu cerebro analiza rápidamente varios tipos de información:
- Información olorosa: el olor si está disponible.
- Información visual: la más básica
1. La estructura geométrica del rostro: en función de la geometría de los rasgos faciales y la comparación con rostros conocidos, tu cerebro determinará por similitud a quién se parece y por ende le conferirá unas determinadas características de personalidad proyectadas desde otros modelos ya conocidos por mí.
Cuidado con el efecto halo, un sesgo cognitivo muy común explicado por Edward Thorndike (1920), que consiste en otorgar a la persona rasgos de personalidad basados en conclusiones globales de grupos o etnias. Curioso es el caso de aquel famoso delincuente estadounidense Jeremy Meeks que se hizo famoso por el atractivo de su rostro y cumpliendo condena por un atraco a mano armada firmó un gran contrato con una agencia de moda. Si leéis los comentarios sobre él, la gente deja de lado su delito para enfocarse únicamente en lo guapo y maravilloso que es.
Igualmente se observa este efecto halo en la exposición fotográfica Written in Ink (2014) donde se denuncia el estereotipo social basado en la asociación entre tatuajes y persona delincuente o poco trabajadora. Los retratados son médicos, abogados y otros profesionales.
2. Comunicación no verbal, constituida ésta por todos los gestos, miradas, acercamientos o alejamientos que hacemos hacia la otra persona. El tipo de saludo (dar la mano, dos besos), la mímica facial, la mirada, la postura corporal dice mucho más de ti que tus palabras. Para que te hagas una idea, el lenguaje verbal sólo constituye un 3% de la comunicación.
Aquí incluso podríamos incluir la información que recibimos acerca de la vestimenta que elegimos en cada momento. Cuanto más se parezca el otro a nosotros en este punto más amistoso podremos verlo.
- Información auditiva: La comunicación verbal: la La entonación determina cuán confiable es- si es un hombre y su tono de voz es alto o si es mujer y su tono de voz es alternante, lo sentirás más confiable que si siendo hombre tiene un tono de voz más bajo o en mujer más alto, en cuyo caso lo sentirás más dominante y podrá suponer una amenaza. Igualmente son importantes la velocidad del discurso, el tipo de lenguaje usado, las “muletillas” y los silencios que se ofrece para que pueda haber un diálogo.
Aunque se dice que la primera impresión tiene un efecto directo y no hay una segunda oportunidad para producirla, no tiene por qué ser determinante. Darnos la oportunidad de conocer realmente a quién se muestra tras una imagen o un momento puede ofrecernos un gran regalo.
La próxima vez que vayas a conocer a alguien nuevo pregúntate qué huella quieres dejar en ese encuentro. ¿Qué imagen deseas proyectar al mundo? ¿Qué clase de personas te gustaría conocer? Y sobre todo, ¿estoy percibiendo realmente a la persona que tengo delante?
Carolina Pérez Ramírez
GdT Salud Basada en Emociones Semfyc
Bibliografía:
Phil McAleer, Alexander Todorov, Pascal Belin. “How Do You Say ‘Hello’? Personality Impressions from Brief Novel Voices”. Plos One. 2014 DOI: 10.1371/journal.pone.0090779
Redolar, D. et. Al. (2013) Neurociencia Cognitiva. Madrid: Editorial Médica Panamericana.