Resumen: El autor ofrece información sobre la efectividad demostrada en estudios clínicos de que perdonar conlleva resultados de salud positivos, planteando la conveniencia de su relevancia como un tema de salud pública. Ciertamente el autor también argumenta que en muchas teologías y códigos éticos, el perdón también se considera un bien en sí mismo: una forma de amor hacia el otro. Al margen de que el abordaje aquí desarrollado pueda ser considerado “aséptico” y moralmente vacío o no, creemos que representa un esfuerzo de interés para evidenciar efectos y para clarificar términos al respecto que puede contribuir a fomentar un gesto cuyo significado y alcance sin duda va más allá de la mera demostración de su efectividad sobre indicadores “objetivos” de salud.
Si perdonar está fuertemente relacionado con la salud (1-5) y el hecho de ser ofendido o perjudicado es una experiencia frecuente, y si además, las intervenciones, incluso aquellas intervenciones que cada uno lleva a cabo según su propio saber, están disponibles y son efectivas (5), entonces podríamos argumentar que perdonar es un tema de salud pública. Desde una perspectiva social, el impacto en la salud pública de una exposición o intervención se suele evaluar en función de (1) como de común la exposición o la experiencia es, y (2) la magnitud de sus efectos. Debido a que agraviar a alguien es frecuente, y dado que los efectos de perdonar en la salud son importantes, el perdón quizás debería ser visto como un fenómeno que no solo tiene importancia moral, teológica y relacional (6,7) sino que también es importante en salud pública.
El Concepto de “Perdón”
El perdón generalmente se entiende como una víctima reemplaza su mala voluntad hacia el malhechor con buena voluntad o como una reducción de pensamientos, emociones y comportamientos negativos, que son reemplazados por pensamientos, emociones y comportamientos positivos hacia el ofensor (1-3). Por ejemplo, el perdón a alguien que ha insultado puede suponer el reemplazar el deseo de que esa persona sea despedida del trabajo con un deseo de que la persona cambie o se reforme. A veces se establecen distinciones entre el “perdón decisional”, la intención de renunciar a la venganza y tratar el ofensor como una persona que merece la pena, y el “perdón emocional”, que supone el reemplazo de potentes emociones negativas con emociones positivas centradas en el otro, el primero suele preceder al segundo (2). El perdón se distingue de otros conceptos como condonar, reconciliar, olvidar, tolerar, justificar, no exigir justicia o excusar (2,3,6,7). Por ejemplo, después de la masacre que tuvo lugar en 2015 en una Iglesia Metodista en Carolina del Sur, los familiares de los que fueron asesinados por Dylann Roof le dijeron que lo perdonaban y que rezarían por él, al tiempo que expresaban el extraordinario sufrimiento que este les había causado. Tal perdón no significa dejar de lado los procedimientos legales, ni ignorar lo que había sucedido, sino que representaba una demostración de buena voluntad de los miembros de la iglesia y una expresión de esperanza para que el asesino se arrepintiera, cambiara y se diera cuenta del error que había cometido. La distinción entre el perdón y los otros conceptos antes descritos es importante a la hora de considerar la moralidad del perdón.
Perdonar es una cuestión de salud. La gente que tiende a perdonar más experimenta niveles más bajos de depresión y ansiedad.Pero… ¿cómo podemos aprender a perdonar?http://www.doctutor.es/2018/07/06/es-el-perdon-un-asunto-de-salud-publica/
Publicada por semFYC en Miércoles, 18 de julio de 2018
Perdón y Salud
Ambos estudios observacionales utilizando análisis longitudinales y ensayos aleatorizados sobre las intervenciones con el perdón, proporcionan evidencia para una relación de tipo causal con la salud (1,4,5). Los estudios observacionales sugieren que el perdón está asociado con niveles más bajos de depresión, ansiedad, y hostilidad; reducción de la dependencia a la nicotina y el abuso de sustancias; incrementos de la emoción positiva; mayor satisfacción con la vida; mayor apoyo social; y menos síntomas autoreferidos (1). Los mecanismos generalmente son atribuidos a que regula beneficiosamente las emociones, con el perdón se produciría una alternativa a las respuestas psicológicas desadaptativas como son la rumiación y la supresión. La mayoría de los estudios sobre el perdón han sido descriptivos transversales, pero hay también evidencias más sólidas de ensayos aleatorizados. Numerosas intervenciones sobre el perdón han sido desarrollados y evaluado en ensayos aleatorios, en campos muy difíciles para llevarlos a cabo, por ejemplo, ayudar a los adultos supervivientes de incesto que desean perdonar a hacerlo (2).
Un reciente metanálisis de 54 estudios de intervención sugieren un efecto promedio del perdón bastante considerable (4), pero también se ha encontrado evidencias del efecto de estas intervenciones de perdón en la disminución de la depresión y ansiedad y en el aumento de la esperanza Aunque los efectos del perdón en el ámbito de la salud física aún no son del todo claros, los efectos en la salud mental están por el momento bien establecidos en estos ensayos aleatorizados.
Modelos de perdón
Dos destacadas intervenciones se basan en modelos específicos sobre el perdón, incluyendo El Modelo de Proceso de Enright (3) y el Modelo REACH de Worthington (2). En el modelo de proceso de Enright, el tratamiento se lleva a cabo en más de 20 pasos organizados en cuatro fases: descubriendo sentimientos negativos sobre la ofensa, decidiendo buscar el perdón por algo concreto, trabajando para comprender a la persona infractora, y descubriendo resultados positivos imprevistos y empatía para la persona perdonada. Intervenciones que usan este modelo han demostrado ser eficaces con grupos tan diversos como adultos supervivientes de incesto, padres que adoptaron niños con necesidades especiales, y pacientes hospitalizados que luchan contra la adicción al alcohol y las drogas. En el modelo REACH de Worthington, cada letra de este acrónimo inglés “REACH” representa un componente de proceso:
RECORDAR el dolor que ha experimentado y las emociones asociadas a ello.
EMPATIZAR con el ofensor y toma la perspectiva del otro al considerar razones para la acción (sin perdonar) la acción o invalidación los sentimientos de uno).
Gesto ALTRUISTA de recuerdo de las propias deficiencias y darse cuenta de que otros han ofrecido perdón.
COMPROMISO para perdonar públicamente.
(HOLD) Aferrarse o mantener el perdón con el paso del tiempo, con la incertidumbre o incluso cuando la ira y la amargura rebroten.
Intervenciones con “manuales”
Aunque la mayoría de las intervenciones de perdón requieren un profesional capacitado, hay algunas evidencias preliminares en un pequeño ensayo aleatorizado que afirma que incluso intervenciones de perdón realizadas por cuenta propia siguiendo manuales son efectivas para provocar el perdón y quizás para aliviar la depresión (5). Tales manuales están disponibles online (https://www.evworthington-perdón.com/diy-booksbooks). Se necesitan sin embargo más investigaciones al respecto, pero si recursos de este tipo demuestran ser efectivos, el potencial respecto a su alcance y promoción tanto del perdón como de la salud mental puede ser importante y podría ser de trascendencia en el ámbito de la salud pública. Tales manuales podrían ser diseminados ampliamente a nivel nacional e incluso internacional para promover el perdón y por lo tanto la salud…
Tyler J VanderWeele
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