Siempre es un placer colaborar con Kristin Suleng, periodista que escribe para el suplemento Buena Vida de El País. En un reciente articulo nos habla sobre Seis problemas de salud que no presentan síntomas. Sobre “enfermedades silentes, que llegan sin avisar. Y cuando se manifiestan puede ser demasiado tarde. Pero pueden prevenirse“. Kristin hace amena y fiable la divulgación de temas médicos, y tiene muy en cuenta la opinión de los médicos de familia que somos los que mayoritariamente manejamos los temas de prevención en la consulta del día a día.
Debajo del titular del artículo subyace la lógica pretensión y esperanza de los pacientes de detectar de forma precoz las enfermedades y poder tratarlas mejor, aunque esta pretensión no siempre es real y factible. Aunque no se trata específicamente en el articulo, el cribado del cancer de próstata con el PSA es una de la situaciones preventivas que con mas frecuencia nos enfrentamos los médicos de familia.
Con Kristin es fácil conversar y aportarle conocimientos sobre prevención en medicina que luego traslada a sus lectores. Pero cuando tienes a un paciente de 56 años delante de tu mesa al que le tienes que explicar que no sirve para nada (o puede ser peligroso) que se haga la prueba del PSA (si no tiene síntomas), que le ha recomendado un amigo o lo ha leído en una revista, la cosa cambia. Es lo que trata una reciente editorial de la American Academy of Family Physicians: How to Counsel Men About PSA Screening.
Tenemos claro, por las recomendaciones PAPPS y de la USPSTF, que no hay que hacer el cribado del cáncer de próstata con el PSA de forma rutinaria. PAPPS 2016: La determinación del PSA no debe recomendarse como prueba de cribado del cáncer de próstata en población asintomática de riesgo medio (evidencia moderada, recomendación fuerte en contra). La solicitud de PSA como prueba de cribado requiere compartir entre el profesional y el paciente el balance entre los riesgos y beneficios (evidencia baja, recomendación fuerte a favor). U.S. Preventive Services Task Force. Final recommendation statement: prostate cancer: screening, May 2012. Pese a ello hay asociaciones científicas americanas que aconsejan discutir con el paciente las ventajas e inconvenientes del cribado, decidir conjuntamente con él y solo pedirlo si el paciente expresa una clara preferencia de hacerse el PSA.
Como médicos de familia tenemos que proporcionar información precisa y comprensible sobre los beneficios y los daños del cribado del cáncer de prostata con el PSA. En USA disponen de ayudas a la decisión basadas en la web que pueden ayudar a los pacientes a tomar decisiones informadas y a mejorar su satisfacción con la decisión tomada. Estas herramientas van desde infografías directas hasta cuestionarios más complejos. Independientemente de la ayuda a la decisión que se utilice, la editorial nos aconseja que se proporcione a los pacientes información cuantitativa sobre los beneficios y los daños del cribado. Por cada 1.000 hombres que se hacen el cribado con el PSA (cada uno a cuatro años durante 10 años), un hombre evita la muerte por cáncer de próstata (mientras otro muere de otra cosa), 100 a 120 tienen al menos una prueba falsa positiva; se tratan a 110 hombres adicionales diagnosticados con cáncer de próstata lo que conduce a 29 casos de disfunción eréctil y a la aparición de 18 casos de incontinencia urinaria.
Otro aspecto a cuidar es saber comunicar bien las nuevas recomendaciones: “la prueba de PSA ahora es opcional”, “esta prueba tiene limitaciones y puede no ser para todos”, y “hay algunos inconvenientes importantes para que se haga el cribado “. Combinadas con ayudas para la toma de decisiones, deberían ayudar a nuestros pacientes a tomar decisiones informadas que sean consistentes con sus preferencias personales en la detección del PSA concluye la editorial.
Difícil tarea.
Artículo publicado en el Blog del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud