La Región de las Américas de la Organización Mundial de la Salud ha sido la primera a nivel mundial en ser declarada libre de sarampión. Tras 22 de años de grandes esfuerzos en los que se ha trabajado tanto en la administración de la vacuna contra esta enfermedad como contra las paperas y la rubéola, la zona de las américas es la primera en el mundo en estar libre de la enfermedad viral que puede causar severos problemas de salud, incluyendo neumonía, inflamación del cerebro y la muerte.
Carissa F. Etienne, Directora de la OPS de la OMS ha declarado que “Hoy es un día histórico para nuestra región y sin duda para el mundo. Es la prueba del notable éxito que se puede lograr cuando los países trabajan juntos en solidaridad para alcanzar una meta común”. Etienne también añadió que este hito mundial es resultado del compromiso de los países americanos adoptado dos décadas atrás.
Los países de la Región de las Américas de la OMS llegaron al compromiso político de que todos los niños tuvieran acceso a la vacunación y, tras el gran esfuerzo de voluntarios y el compromiso y generosidad de mucha gente, ese objetivo ha sido posible.
El último caso endémico de sarampión que se notificó en las Américas fue en el año 2002 en Venezuela. Desde entonces, en la región se ha interrumpido la transmisión del virus. Tras un tiempo prudencial en el que se constató que a pesar de que el virus siga circulando a nivel mundial no ha habido nuevos afectados en la región, el Comité Internacional de Expertos (CIE) de Documentación y Verificación de la Eliminación del Sarampión, Rubéola y Síndrome de Rubéola Congénita en las Américas ha considerado que es posible declarar la zona libre del virus. En totaln se han estudiado las evidencias de la eliminació durante seis años.
A nivel mundial
En todo el mundo los casos de sarampión reportados en 2015 fueron 244.704, la mayoría en África y en Asia. En ese sentido, la estrategia de la Organización Mundial de la Salud para los países con el virus se basa en tres pasos fundamentales. En primer lugar, hacer una sola y única campaña nacional de vacunación contra el sarampión a todos los niños de entre 1 y 14 años. En segundo lugar, el fortalecimiento de la vacunación de rutina para alcanzar un mínimo de 95% de los niños cada año y, finalmente, hacer campañas masivas de seguimiento cada cuatro años, con el fin de vacunar a un mínimo del 95% de los niños de 1 a 4 años con una segunda dosis de vacuna.